No obstante, fieles lectores, hoy vengo con la absoluta determinación de enmendar mis errores, y es que resulta inconcebible que esta magnífica bitácora virtual sobre Dublín no tenga una entrada dedicada al santo patrón de Irlanda. Sí, habéis leído bien, estoy hablando de nuestro querido Patrick —Paddy para los amigos, Patricio para los monolingües—.
Patricio fue un misionero cristiano nacido en algún lugar del norte de la actual Gran Bretaña allá por el siglo V.
¿Que no sabéis cómo acabó este piadoso hijo de la pérfida Albión en tierras irlandesas? Pues secuestrado por un grupo de piratas escotos, ¿cómo si no?