31 de diciembre de 2014

2014

A quien dio días al año
 
Dirás que es todo ausencia, espina y hielo,
que nada guarda ya quien todo ha dado:
el brillo de sus noches se ha apagado,
sus días son de niebla, frío y duelo.

13 de noviembre de 2014

Agua pasada

Recuerdo, no sin cierta nostalgia, el viaje de fin de curso que hicimos en mi época de instituto a Italia —el porqué un 90% de institutos eligen Italia como destino de peregrinación escapa a mi entendimiento—.

No rememoro esto en vano ni pretendo realizar una extensa disertación sobre los encantos que guarda esa bella península, todo esto viene a que es a esas tierras a donde me remite la imagen del vendedor de paraguas, un tipo extraño y algo sibilino que en los días de lluvia sale al acecho de todo aquel incauto que se atreva a ir por la vida sin el arma reglamentaria.

En Dublín debe llover algo más que, pongamos, en Roma, pero aquí, por el contrario, se ha declarado la guerra al paraguas.

20 de octubre de 2014

Paaaa-taaaa-taaaa

Si hay un tema capaz de preocupar por igual a madres y abuelas es, qué duda cabe, la comida.

Seamos sinceros: Irlanda, así como el Reino Unido, no destaca por su excelente gastronomía. Quizá tengan Leprechauns, más pubs de los que puedas visitar con un sólo hígado o lugares con mucho encanto, pero cuando se trata de comer la cosa pierde un poco de fuerza.

¡Pero que no cunda el pánico! Aquí también tienen sus platos típicos, así que vamos a echar un vistazo al equivalente irlandés de la paella, el gazpacho o la tortilla de patatas.

16 de octubre de 2014

Schadenfreude

Ya se había acomodado en la butaca cuando las primeras gotas empezaron a morir contra el cristal. Dio un sorbo largo al té mientras seguía ávidamente la trayectoría que el agua dibujaba sobre el vidrio. La calle era un desierto de viento y alquitrán, pero sabía que no tardarían en llegar.

Para amenizar la espera decidió abrir el ajado cuaderno que llevaba consigo y comenzó a hojearlo. No prestaba atención alguna a lo escrito, pero el tacto del papel bajo sus dedos le retrotraía a épocas anteriores. Sólo al llegar a la última anotación se permitió dar otro sorbo al té. El invierno había sido largo y seco, pero todo indicaba que hoy escribiría una nueva página. Cerró el cuaderno y esperó.

4 de octubre de 2014

De Dublín a Berlín

La Oktoberfest se ha convertido en una perfecta excusa para acabar el día con unas cervezas de más sin sentirte menos por ello.

La celebración, muniquesa en origen, ha dejado ya parte de sus raíces a un lado, de forma que la mayoría de profanos mortales podemos disfrutar de una Löwenbräu mientras nos comemos un pretzel al más puro estilo germano en casi cualquier gran ciudad, verbigracia para el caso que nos ocupa, Dublín.

Pin banderas alemana irlandesa
Coalición alcohólica: 90% vol.

27 de septiembre de 2014

Nocturnidad y alevosía

¿La comida, el clima, los precios? ¡Bagatelas!
Uno puede cambiar la paella por el Irish stew, los días de sol radiante por un elegante paraguas o aprender que subir al autobús equivale a involucrarse en un atraco silencioso.
A lo que es imposible acostumbrarse es a la falta de persianas hechas y derechas.

Desconozco si existe algún apartado en la constitución de la República Irlandesa que prohiba su uso so pena de ejecución, pero la ausencia de nuestras amigas es ciertamente inquietante.
Allá donde mires sólo encuentras persianas americanas que bajan apesadumbradamente la cabeza, conscientes de que no son más que una copia barata creada en exclusiva para oficinistas y voyeurs.

Mirón con persiana
Hitchcock las tenía en casa

20 de septiembre de 2014

Dublín: todo y más

Dublín es, ante todo, una ciudad de contrastes. Tan pronto te encuentras en el Phoenix Park —el parque urbano más grande de Europa— como giras dos esquinas y llegas a una zona pobre y marginal. A pesar de esto el centro de la ciudad es un hervidero de vida y cultura con cientos de cosas que hacer y visitar, así que para no perderse nada, aquí va una lista de todo lo que hay que experimentar.

♧ O'Connell Street

Esta calle es el centro neurálgico de Dublín, es lo que serían las Ramblas a Barcelona o el Paseo de la Castellana a Madrid. Si te das un paseo verás diversas estatuas erigidas en honor a varios héroes irlandeses, tales como Daniel O'Conell, también conocido como The liberator, o James Larkin.

Monumento a O'Conell
Tanto esfuerzo para que se me caguen las palomas...

16 de septiembre de 2014

Maletas con malta

¡Ah, Dublín! La que fuera cuna de tan insignes escritores como Joyce, Swift, Yeats o Beckett será mi ciudad durante el curso que acaba de dar comienzo.

Después del vuelo con Ryanair —que dicho sea de paso, fue tan cómodo como puntual— llegué a casa, y al abrir la puerta me encontré con una chica alemana, una americana, una china y una japonesa, todas tendidas plácidamente en el sofá mientras visionaban una desgarradora cinta que trataba con gran ingenio las contrariedades amorosas y sociales por las que todo buen adolescente americano pasa en el instituto. No, lo de las nacionalidades no es el inicio de ningún chiste con bares de por medio, sino mis compañeras de piso. Bueno, para ser sincero, de todas estas la estudiante alemana es la única que cohabita conmigo pues las demás se hospedan en la casa de al lado, pero eso es ya otra historia.